Brighton, Londres y Cambridge… tres días seguidos de excursiones, calor, risas y mucha vida británica. Los emys lo están dando todo: se mezclan más, hablan más inglés y disfrutan cada plan como si fuera el último. ¡Y eso se nota!
DAY 13: Brighton, solazo y planes que se alargan
El viernes empezó como suelen empezar los viernes por aquí: con ganas, calor (¿esto sigue siendo Inglaterra o nos hemos teletransportado al Caribe?) y ese ambientillo especial que solo se respira cuando sabes que te espera una excursión al terminar las clases. Alguno se quejaba del calor, pero claro —¡con lo poco que sale el sol por estos lares, hay que celebrarlo!
La mañana fue de clases, de 9:00 a 12:30, con un descansito a las 10:30 para el hamaiketako, que ya se ha convertido en parte sagrada de la rutina diaria, momento para reunirse y echar alguna partida al Ping Pong o la play. Las clases están yendo de maravilla. No solo se nota el avance con la gramática, sino que lo más importante (y lo que más se valora) es lo sueltos que están ya con el inglés. Hablan sin miedo, se lanzan a mantener conversaciones en clase, en tiendas, con sus host families o con sus nuevos amigos internacionales —que ya son parte del día a día: saudíes, suecos, checos, suizos, italianos… una mezcla que enriquece y que hace que el inglés sea, sin duda, el idioma común.
A las 12:30, mochilas al hombro y rumbo a la estación: ¡nos íbamos a Brighton! Esta vez la excursión venía organizada por la agencia, así que todo parecía sencillo… hasta que descubrimos que éramos demasiados para el tren de las 13:05. Plan B: esperar al siguiente. Pero sorpresa, ¡cancelado! Por suerte, algunos ya habían comprado comida y aprovechamos la espera del tren de las 13:56 para com.
Llegamos a Brighton a las 14:40 y, como ya habíamos estado en esta ciudad y el tiempo apretaba, decidimos dar libertad desde el minuto uno. El objetivo: que cada uno aprovechara el último día en Brighton a su manera. Algunos se lanzaron a las tiendas como si no hubiera mañana, otros prefirieron el relax en el pier, mirando al mar y sintiendo la brisa. Cada uno a su ritmo, cada uno con su plan, pero todos disfrutando. Algunas hasta terminaron haciendo nuevos amigos y disfrutando de música callejera!
De vuelta, los emys y sus nuevos amigos decidieron seguir exprimiendo el día. Cena rápida con las host families y luego, como si el día no hubiera sido suficientemente largo, reunión espontánea en la playa para despedir el viernes con buen ambiente, música y más risas. Era el cierre perfecto antes del plato fuerte del finde… porque sí, al día siguiente nos esperaba el súper plan que todos llevaban días esperando: ¡London 2.0!
DAY 14: Sábado 12 de julio: Londres 2.0, calor, reyes y más de 20.000 pasos
El sábado arrancó bien temprano, con caras de sueño pero muchas ganas. A las 7:40 ya estábamos todos en la estación de tren, preparados para coger el de las 8:04 rumbo a Londres. Un déjà vu del sábado pasado, pero con nuevas paradas, más anécdotas y, sobre todo, más calor. Porque sí, casi 30 grados en Londres… ¿esto es julio en Reino Unido o estamos en plena ola de calor española?
Llegamos sobre las 9:40 a Victoria Station y sin perder tiempo pusimos rumbo al Buckingham Palace. Esta vez no tuvimos suerte con el cambio de guardia, pero sí que vimos la bandera ondeando en lo alto del palacio, lo que nos confirmó que el mismísimo rey Carlos III estaba en casa. Nada mal como inicio de visita, ¿no? Es prácticamente un recibimiento real.
Después cruzamos St. James’s Park, que parecía sacado de una peli: ardillas, patos, cisnes y hasta ¡un loro! Fue imposible no parar a curiosear y hacer alguna que otra foto. El paseo siguió con paradas míticas: Westminster Abbey, el Big Ben (donde obviamente cayeron mil fotos), paseo junto al río Támesis y, cómo no, descanso a los pies del imponente London Eye. Entre el calorazo y las caminatas, ese parón fue más que necesario: sombra, bebida fresquita y algo de relax antes de seguir.
Repuestas las fuerzas, tiramos hacia Trafalgar Square, vimos por fuera la National Gallery y terminamos nuestro recorrido guiado en Leicester Square, a un paso de Chinatown. Y ahí empezó la parte favorita de muchos: ¡tiempo libre! Más de cuatro horas para descubrir Londres a su aire. La mayoría fue directa a Chinatown, entre tiendas curiosas y restaurantes que llamaban la atención solo con el olor. Algunos se lanzaron a seguir explorando, otros optaron por visitar los grandes y famosos almacenes Harrods o simplemente descansar un poco al fresco (todo lo fresco que se podía en ese momento, claro).
A las 17:30 nos reencontramos en Victoria para volver, con mochilas un poco más llenas (gracias souvenirs) y piernas bastante más cansadas. En el tren de vuelta hubo quien aprovechó para dormir un poco, otros charlaban entre risas recordando momentos del día.
Un sábado intenso, con calor de justicia, pero lleno de descubrimientos, buenos momentos y mucha, muchísima vida londinense. Y como suele pasar con las mejores excursiones… acabamos reventados pero felices.
DAY 15: Cambridge, compras, siestas y un poquito de inspiración universitaria
El finde no se acaba sin excursión, y este domingo tocaba una de las grandes: Cambridge. A las 8:15 estábamos todos reunidos en la puerta del cole, con algún que otro bostezo pero con ganas de descubrir una ciudad nueva. Tuvimos un pequeño contratiempo y salimos media horita más tarde de lo previsto, pero nada que no se solucionara con buen humor y algo de música en el bus.
Dos horas y media después (con siestas, risas, y playlists varias de fondo), llegamos a la famosísima ciudad universitaria sobre las 11:30. Nada más bajar empezamos el tour por los sitios top: el imponente King’s College, el mítico Mathematical Bridge, Clare College y, para terminar, Market Place, donde ya se empezaba a notar el ambientillo de domingo.
Y ahí comenzó lo bueno: ¡tiempo libre! Cada uno tiró por su lado. Hubo quien fue directo a las tiendas, quien buscó el restaurante más chulo para comer, quien se perdió entre souvenirs, y hasta quien se coló (con permiso, eh) en una universidad a curiosear. ¿Se vienen planes de futuro? Quién sabe, pero la inspiración estaba en el aire. También hubo mucho momento chill con los amigos italianos —la mezcla cultural ya se está convirtiendo en parte del viaje.
A las 15:30 nos juntamos de nuevo para volver al bus y… bueno, el camino de vuelta fue básicamente una colección de siestas. El bus estaba en modo avión.
Llegamos a Eastbourne sobre las 18:30. Algunos se fueron directos a casa a tirarse en el sofá y otros, con energía aún en el cuerpo (¡qué cracks!), aprovecharon para dar una vuelta y seguir exprimiendo esta última semana a tope.
Un día de sol, historia, risas, muchas bolsas y más de uno soñando (aunque sea medio dormido) con un futuro en Cambridge. ¡Planazo de domingo!
¡Nos seguimos leyendo!
Clara