¡Saludos de nuevo desde Kildare familias!
Entramos ya en la segunda semana de viaje con mil experiencias nuevas que contaros.
Nos levantamos el lunes después de un día familiar en el que disfrutamos como enanos. Algunos fueron a un parque de atracciones, otras a la playa, otros se fueron de excursión a la montaña… pero lo más increíble (y envidiable) es que la mayoría de ellos tuvieron la suerte de disfrutar de enormes barbacoas irlandesas.
Nos subimos al autobús, llegamos al cole, fuimos a clase y, después de exteriorizar (como cada día) nuestra pasión por ir a clase en verano, nos preparamos para la actividad de la tarde.
El lunes nos tocaba deporte. Jugamos a baloncesto, a bádminton y a volley… ¡qué sudada! ¡y qué bien lo pasamos! Además, tuvimos la suerte de poder cerrar la jornada comiéndonos un el que probablemente sea el polo más especial de nuestra vida hasta ahora. ¿Y por qué especial? Pues, básicamente, porque el inmejorable ambiente que emana de esta recién creada familia es un ingrediente que difícilmente podremos volver a encontrar en un polo.
Fuimos a casa, cenamos y quedamos un rato con nuestros amigos y amigas para desconectar y relajarnos un poco.
Y así llegó el martes. Un poco de clase, una comida estupenda y… ¡a bailar!
Nos tocaba Irish dancing. Vino una profesora externa e hicimos hasta 5 bailes diferentes… ¿Que cómo fue? DESASTRE. Absoluto desastre. ¿Pero para qué queríamos que saliera bien, si lo que queríamos es reírnos un rato? Y jo que si nos reímos… hasta hartarnos.
Recogimos, nos duchamos (o espero que se duchasen), y volvimos a quedar a las 19:30 después de la cena para comentar lo torpes que éramos. Qué cariño le estamos empezando a coger a estos ratitos en los que podemos conocernos entre todos un poco más. Qué cariño, en definitiva, nos estamos cogiendo los unos a los otros…
Y después de una calurosa noche, llegó el miércoles. Hacía calor. Había sol. ¡Rumbo a la playa! ¡Y con nueva compañía! Y es que el miércoles se nos unieron las dos últimas miembros del EMYpazo: Daniela y Elena.
Estuvimos en la playa unas 4 horas que nos dieron para conocer a nuestras dos nuevas amigas, jugar a cartas, preparar la fotaza de la semana e incluso darnos un baño en el que nos lo pasamos mejor que bien jugando con el balón.
Ya hace 8 días que llegamos a estos dos maravillosos pueblillos irlandeses y, ¿sabéis qué? Sinceramente no sé si es mucho o es poco. Cuando pienso que solo hace 8 días que nos conocemos, no me lo creo. No sé si es la presión del estar aquí lo que nos hace conectar, pero desde luego parece que nos conocemos desde hace meses, o incluso años. Sin embargo, cuando pienso que ya llevamos 8 días haciendo cosas aquí, tampoco me lo creo. Parece que fue ayer cuando llegamos.
Cariño, abrazos, confianza, amistad y lealtad son palabras que definen a la perfección la perfección que estamos forjando aquí.
Familias, no os queremos… ver pronto. ¡Pero os queremos mogollón!
¡Un abrazo enorme desde Clane y Maynooth!