¡Bienvenidos al blog de la segunda semana! Ya vamos por la mitad de la experiencia y, aunque el cansancio empieza a notarse, las risas, los planes y los buenos momentos no paran. Está siendo una semana intensa… ¡pero muy divertida!
DAY 9: Lunes de voleibol, risas y buen ambiente
El lunes empezó como empiezan muchos lunes: con algo de sueño (menudo finde nos pegamos), pero también con ganas. A las 9:00 ya estaban todos en clase, (o casi todos, los buses aquí no son nuestros mejores amigos) más despiertos de lo que esperábamos, y con ese ambiente que se va haciendo más familiar cada día. Las clases duraron hasta las 12:30, y luego, de 12:30 a 13:30, tocó el descanso para comer, que siempre se agradece para desconectar un rato y recargar pilas.
Después de comer, la actividad de la tarde prometía movimiento. En el plan estaba jugar al bádminton, pero el viento y la cantidad de gente que se apuntó nos llevó a cambiar el plan sobre la marcha: tocaba voleibol. Y vaya si fue un acierto. Se montaron varios equipos con mezcla de nacionalidades y, aunque había bastante competitividad, todo se vivió con buen rollo y muchas risas. Los puntos se celebraban como si estuviéramos en una final, y el nivel fue subiendo con cada saque.
Lo que iba a ser solo una hora de juego se alargó sin que nos diéramos cuenta. Tan metidos estábamos en el partido que fue María, la organizadora, quien tuvo que venir a decirnos que ya cerraban el colegio. Esa es la señal clara de que lo estábamos pasando bien.
El resto de la tarde fue libre, tiempo para pasear por la ciudad, descansar o simplemente pasar un rato tranquilo con las host families. Un lunes redondo para arrancar con fuerza esta nueva semana.
DAY 10: Martes de meal deals, partidas y muchas risas
El martes arrancó con las clases de siempre, de 9:00 a 12:30, aunque ya se nota que vamos con más soltura. A las 12:30, en cuanto llegó la hora de comer, se repitió el ritual de todos los días: todos rumbo al Tesco a por el mítico meal deal. Sándwich, patatas, bebida… ya hay quien tiene su combo fijo y quien sigue probando cosas nuevas. Es rápido, barato y nos soluciona la vida.
Después de comer, volvieron a clase una hora más para sus clases de speaking diarias. Al terminar, a las 14:30, algunos se quedaron por el cole un rato más. Mientras unos jugaban a la Play, otros se quedaban charlando con estudiantes de otros países. Sin actividad organizada por la tarde, el ambiente era muy chill, ideal para tomarse las cosas con calma y seguir pillando confianza con el grupo.
Pero lo mejor del día llegó por la noche. A las 19:00 tocaba game night y nadie quería perdérsela. Hubo partidas de 4 en raya, algo de ping pong, pero el centro de todo fue el “Stop the Bus” (o “Tutti-frutti”, como prefieras llamarlo). Equipos mezclados, palabras imposibles, gritos cada vez que alguien gritaba “stop”, alguna ayudita de Google (ejem…) y risas, muchas risas. La competitividad estaba ahí, pero el buen rollo se lo comía todo.
Al acabar, cada uno se fue por su lado. Algunos directos a casa para cenar con las host families, y otros se escaparon a la playa a dar una vuelta, charlar un poco más y apurar el día.
Un martes muy de menos a más, con muchas risas, buen ambiente y esas pequeñas cosas que hacen que el grupo esté cada vez más unido.
DAY 11: Miércoles de sol, kayak y chapuzones
Otro día de clases con el horario ya más que controlado: de 9:00 a 12:30, y después, hora de comer. Esta vez, aunque el Tesco seguía siendo la opción favorita de muchos, algunos decidieron cambiar un poco y tirar por comida asiática. El plan salió bien: barrigas llenas y energía lista para lo que venía después.
A las 14:30, en cuanto salimos del cole, pusimos rumbo directo a la playa. Tocaba actividad acuática: kayak. Como nuestro turno era a las 15:45, tuvimos una horita libre para cambiarnos, charlar, tomar el sol o incluso darnos un baño rápido. Más de uno se animó a meterse en el agua para ir “haciendo cuerpo”, porque aunque el sol pegaba fuerte, el agua no engañaba… muy rollo Euskadi: bonita, pero bien fría.
Cuando llegó la hora, nos pusimos los chalecos, repartimos kayaks y al agua. Algunos fueron en parejas, otros decidieron remar por su cuenta… y ahí empezó la aventura. Con el día que hacía, era imposible no disfrutar. Alguno se desvió un poco más de la cuenta, a otros les costó encontrar el ritmo con su compañero, pero entre risas, chapuzones y alguna carrera improvisada, se nos pasó volando.
Después de la actividad, cada uno eligió su plan. Algunos, cansados del esfuerzo, se fueron a casa a descansar, mientras que otros decidieron aprovechar el solazo y quedarse un rato más en la playa. Toalla, buena compañía y atardecer de fondo. ¿Qué más se puede pedir?
Un miércoles redondo, de esos que terminan con la cara quemada, los brazos cansados… y la sonrisa bien puesta.
DAY 12: Jueves sobre ruedas y un atardecer de postal
La rutina ya va sola: clases de 9:00 a 12:30, descanso para comer (sí, otra vez al Tesco… ¡sorpresa!), y de nuevo clases hasta las 14:30. A estas alturas, el meal deal ya no necesita ni pensarlo: cada uno va directo a por su combo favorito como si fuera una misión secreta.
Pero lo bueno venía por la tarde: tocaba roller blading, una de esas actividades que a algunos les hacía mucha ilusión… y a otros les daba un poco (o bastante) de respeto. Entre quienes ya habían patinado antes y quienes se enfrentaban por primera vez a unas ruedas bajo los pies, el grupo estaba bastante dividido.
Al principio, no faltaron las miradas de miedo y los brazos extendidos buscando equilibrio, pero poco a poco todos se fueron soltando. Al final, hasta los más escépticos se animaron a dar vueltas por la pista, y alguno incluso se atrevió con algún giro o mini truco. Eso sí, todo con estilo propio.
Cuando terminamos, aprovechando que estábamos al lado del pier y que el atardecer empezaba a pintar el cielo de naranja y rosa, muchos se fueron directos a la playa. Fue el cierre perfecto: pies en la arena, brisa marina y una vista de esas que te hacen sacar el móvil para hacer mil fotos… aunque ninguna le haga justicia.
Un jueves de caídas, risas, mini logros y un final de postal.
¡Nos leemos en el próximo blog!
Clara