¡Saludos calurosos desde esta islita tan especial!
Aquí estamos todos, vivos, sanos, morenándonos (algunos más que otros) y con mil anécdotas que contar… que sé que ya estaréis pensando: “¿y estos, no dicen nada?”. Tranquilos, ¡vuestros hijos e hijas no se han olvidado de vosotros! Solo están muy ocupados sobreviviendo al sol, a los buffets y a las partidas infinitas de cartas.
Sábado– Aeropuertos, carritos y cartas
El viernes 5 de julio nos vimos en el aeropuerto al mediodía y, sorprendentemente… ¡estaban todos puntuales! Bravo por eso. Maletas facturadas, despedidas rápidas con las familias y para dentro.
En seguridad, a un par les tocó el control aleatorio, pero pasamos todos sin problema. Y ya desde entonces empezaron las primeras conversaciones, las risas flojas, el “yo me he traído esto” y el clásico “¿tú también has metido veinte camisetas por si acaso?”.
Volamos a Barcelona sin retrasos y allí… larga espera. Pero no os penséis que fue todo aburrido: paseos, partidas de cartas, algo de comer, tiendas, algún que otro chiste malo (bueno, más de uno…), incluso jugaron un buen rato con unos carritos del aeropuerto ¡que dieron mucho juego!
A eso de las 23:45 por fin embarcamos hacia Malta. Nos cambiaron de sitio dentro del avión para equilibrar el peso, pero nos tocó una zona con más espacio, ¡así que genial! Despegamos pasada la 1:00 y aterrizamos hacia las 3:00 de la madrugada.
Una furgoneta nos recogió y en nada ya estábamos en la residencia. Nos dieron llaves, normas rápidas (“mañana a tal hora en pie” y poco más) y… ¡a dormir! Aunque costaba cerrar los ojos entre la emoción del primer día y las ganas de empezar.
Domingo– Playa, piscina y risas
Tocaba ponerse en pie para desayunar a las 9:00. Por suerte era buffet, con tostadas, cereales, fruta…lo típico, pero entran bien, aunque vayas medio dormido.
A las 10:00 nos fuimos a Melliena Bay, una playa con agua cristalina, arena fina y ambientazo veraniego. Nos juntamos con más grupos internacionales, lo que le dio todavía más vidilla al día. Baño, sombrillas, chiringuito y postureo maltesco. ¡No faltó de nada!
A las 13:30 volvimos a la residencia, pillaron su packed lunch y luego tuvieron un rato libre. Aprovechamos la piscina de la azotea (¡¡muy chulo!!) y también dimos una vuelta por el supermercado (agua, snacks…)
A las 19:00, cena tipo buffet otra vez. Y para cerrar el día… ¡Sports Night en un campo de fútbol en una azotea! Muy peliculero todo.
La mayoría optó por seguir con las cartas y las charlas al atardecer, aunque algunos se animaron a echar un partidillo y moverse un poco más.
A las 22:00 ya estábamos de vuelta, tocaba descansar. Día completo, ambiente genial y muchas ganas de seguir disfrutando.
En resumen… Sol, risas, chistes… y muy buen rollo desde el minuto uno.
El grupo está conectando súper bien y lo mejor es que… ¡esto no ha hecho más que empezar!
Seguiremos informando… ¡que esto promete!
Cheers from Malta :)))