Hola holaa EMY families!!
Tras un largo, pero laaaargo viaje… ¡¡Por fin podemos decir que hemos pisado tierras californianas!!
La salida comenzó bien prontito. A eso de las 4.45 a.m algunos salían de San Sebastián dirección aeropuerto mientras que otros esperábamos impacientes a nuestros compañeros en Bilbao.
Tras un super ultra corto vuelo Bilbao-Madrid pusimos rumbo al well-known aeropuerto de Los Ángeles. Ay… Qué nerviosos y deseosos estábamos por conocer a las que van a ser nuestras nuevas familias en estas 3 semanitas en el Condado de Orange.
A pesar de las casi 13 horas de recorrido, he de decir que pasaron mucho más rápido de lo que nos imaginábamos. Además, nos sirvieron de mucho para conocernos entre todos, hablar de nuestras familias, de las excursiones y por supuesto de ir pasando los nervios del principio.
Hay que mencionar también que somos uno de los grupos más numerosos de California, nada más y nada menos que 23 estudiantes, lo que nos servirá de gran ayuda con esas pequeñas dudas que podamos tener en estos primeros días y que resolveremos entre todos.
Una vez ya aterrizados en Los Ángeles pasamos satisfactoriamente los controles para entrar en los Estados Unidos, conocimos a los coordinadores de la organización americana y cogimos el último autobús que nos llevaría con nuestras familias.
Al llegar, no pudimos tener mejor recibimiento por parte de estas… Y es que todas nos recibieron con enormes letreros y con unas sonrisas y abrazos que terminaron con cualquier nervio que aún pudiera estar rondándonos por el cuerpo.
Ahora, finalmente toca disfrutar con ellos… Adaptarnos a nuevas culturas y costumbres, comer comidas que nunca hemos probado y hacer una inmersión de lleno practicando inglés todos, todos los días.
Lo que nos deparará esta primera semana os lo seguiremos contando por aquí, en la siguiente entrada del blog. De todas formas, iremos publicando stories y fotos por las redes sociales de EMY así que no os olvidéis de visitarnos vía Instagram, Facebook o lo que más os guste.
Muchos, muchooos besos,
Sara.
