Fin tercera semana Kildare 2018

Podría haber empezado este post de dos maneras: diciéndoos que con éste ponemos fin a la tercera semana, o diciéndoos que con éste entramos en nuestra última semana en Irlanda. Pero, como ya todos vuestros niños y niñas saben, yo soy de los que ven siempre el vaso medio lleno, así que, independientemente de que aquí los sentimientos de tristeza empiezan a aflorar, enfoquemos este fin de la tercera semana como si de cualquier otra se tratase.

Nos quedamos, si no recuerdo mal, en el jueves 12 de julio; día en el que, después de ir a clase, nos esperaba uno de los planes más esperados del calendario: la visita al zoo. 

Llegamos y nos dividimos en grupitos, teniendo total libertad para visitar el zoo con nuestros amigos y amigas, aprovechando asimismo la oportunidad para desconectar un poco del inglés, las clases y demás tensiones acumuladas (que aún estando en la tercera semana, las hay).

¡El zoo nos pareció espectacular! Cientos de animales diferentes (algunos de los que ni siquiera habíamos oído hablar) y un ambiente genial. Aunque, eso sí, acabamos destrozados. Sin darnos casi cuenta, nos pasamos en torno a 3 horas caminando, por lo que cuando volvimos a casa apenas sacamos fuerzas para juntarnos un poco por la noche, y caímos K.O. en la cama. 

Amanecimos en viernes, ya con las pilas cargadas. Y los nervios también. Los viernes son día de examen y hasta el conductor del autobús sería capaz de darse cuenta. Lo que habitualmente intentamos que sea un viaje super animado, se convierte los viernes en un viaje en absoluto silencio, con todos sumidos en esas últimas fichas que no dio tiempo a repasar el día anterior y ultimando los detalles para hacer un examen magnífico. 

Y lo conseguimos. Aunque los murmullos que iban acercándose por los pasillos susurraban alguna quejita, todos y todas salieron contentos con su examen. De pronto, un “sshh” y el consecuente silencio sepulcral en el hall del colegio dieron entrada a una enorme torre de magdalenas llena de velas para desearle un día maravilloso a Jon. ¡Era día de cumpleaños! Unas gafas enormes, un sombrero de cowboy, una chapa en el pecho… no le faltaron complementos. 

Y una vez comida la magdalena y sopladas las velas, tocaba correr al autobús: ¡nos íbamos de SUPER EXCURSIÓN! Y digo super porque esta excursión no estaba en el programa. Fue tal la movilización, el ímpetu y el trabajo de la semana pasada para ganar la foto de la semana, que los monitores decidimos recompensar a todo el grupo y organizar un viaje a un parque acuático.

¡Lo pasamos bomba! Toboganes enormes por los que nos deslizábamos con y sin donuts hinchables, piscina de olas, jacuzzi… incluso encontramos el momento para juntarnos, cotillear y reírnos los unos con los otros en un sitio tan genial y relajante como es una piscina. 

De nuevo, caímos muertos en la cama por la noche y, para cuando quisimos reaccionar, el móvil decía que ya era sábado. La semana había volado. 

Camiseta de gala puesta, pilas cargadas y ¡rumbo a Dublín! Último día en Dublín por lo que tocaba hacer las últimas compras, disfrutar de nuevo de ese helado que probamos la última vez o sacarnos aquella foto que dejamos pendiente. 

En resumen, todo el día fue espectacular. La semana ha sido espectacular. El mes entero está siendo… muchísimo más que espectacular. 

Aún nos queda una semanaza por delante… Una semanaza en la que intentaremos exprimir cada segundo y ver siempre, como he dicho al principio, el vaso medio lleno. 

¡El abrazo más grande del mundo familias!

Y como siempre, ¡recordad entrar en el álbum de Facebook Kildare 2018 para ver las fotos que vamos publicando!

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