Y así, sin darnos cuenta, llegamos a prácticamente el ecuador del programa. Un ecuador que, como dije en el post anterior, sabe a mucho y a poco al mismo tiempo. Un ecuador en el que nos acercamos al punto álgido de cariño, emoción y comprensión entre nosotros, pero en el que empiezan a asomar sentimientos de tristeza por el fin del programa.
Pero dejémonos de sentimentalismos, let’s look on the bright side of life y, sobre todo, no miremos al futuro sin exprimir cada segundo del presente.
Y para poneros al día de nuestro presente, ¡empezaremos por el jueves!
El jueves, después de ir a clase, nos fuimos a la bolera a jugar la revancha de la semana pasada. Algunos hasta nos animamos a jugar sin las barreras por lo que fue incluso más divertido que la vez anterior.
Y, como la otra vez, la partida de bolos fue seguida de algo de tiempo libre en un centro comercial a las afueras de Dublin.
Volvimos a casa, cenamos, nos juntamos un poco y nos metimos en la cama, ya con la mirada en el viernes.
Y llegó. Viernes, día de examen. De hecho, primer examen en serio desde que estamos aquí. Nervios, silencio y algún que otro ruidito que hace el pasar página dominaron todo el viaje matutino en autobús.
Llegamos. Y lo hicimos. Y no sólo lo hicimos, ¡sino que lo bordamos! Y tanto fue así, que como recompensa para relajarnos de la tensión del examen, tuvimos nuestra tarde libre por Maynooth.
Nos fuimos a casa sobre las 17:00, ya sabiendo que ¡habíamos sido nominados a foto de la semana! La cabeza comenzó a ordenarse, nos juntamos y empezamos a escupir ideas de cómo podíamos hacer para ganar… ¡y salieron! ¡Jolin que si salieron!
Así llegamos al sábado, es decir, ¡DÍA DE EXCURSIÓN! Camisetas puestas, todo listo y ¡rumbo a Galway!
Salimos como a las 10 de la mañana, de manera que para las 12 prácticamente ya estábamos allí. Nos bajamos del autobús, nos dirigimos a la plaza que utilizaríamos como punto de encuentro y ¡vía libre para conocer la ciudad!
Aunque a diferencia de otros días, no todos volaron libres. Y es que gran mayoría de los integrantes del grupo nos quedamos juntos. Juntos por un objetivo. Juntos como un super equipo, una super piña, dispuestos a revolucionar todo Galway en busca de likes para ganar la foto de la semana.
Hicimos entre todos y todas unas pancartas preciosas y, una vez superados los nervios iniciales, decenas de camisetas azules se lanzaban, con enormes pancartas amarillas, a practicar su inglés y enfrentar su timidez mientras ellos creían que sólo estaban pidiendo “likes”.
Dudo que la mejor de las fotos pueda escenificar el maravilloso ambiente de compañerismo, diversión, valentía, ayuda, cooperación y cariño que conseguíamos crear.
En definitiva, un día estupendo en Galway que cerró de manera inmejorable una memorable segunda semana.
¡Un abrazo enorme y hasta pronto familias!