¡Hi familia y amigos de nuevo!
Hoy hemos vivido otro día inolvidable, esta vez en Wicklow, un entorno mágico rodeado de árboles, naturaleza y aire puro, perfecto para la actividad tan especial que teníamos preparada. La jornada comenzó con muchísima ilusión a las 8:45 de la mañana, cuando el autobús nos recogió en Athlone. Tras un trayecto lleno de risas y ganas de pasarlo bien, llegamos al parque de aventuras Squirrel's Scramble, ¡listos para trepar, volar y disfrutar!
Nada más llegar, nos colocamos los arneses y cascos, y escuchamos con atención una explicación muy clara sobre las normas de seguridad y el uso de las tirolinas. ¡Todo estaba perfectamente organizado para que viviéramos la experiencia de forma divertida y segura!
Una vez listos, cada uno se animó a probar los diferentes circuitos, eligiendo según el nivel de dificultad que más le apetecía. Hubo risas, gritos de emoción y algún que otro temblor de piernas, ¡porque la altura imponía! Pero, como siempre, el apoyo entre compañeros fue clave: se ayudaron, se animaron y celebraron juntos cada reto superado. ¡Una auténtica muestra de valentía y espíritu de equipo!
El sol nos acompañó todo el día, y eso hizo que la experiencia fuera aún más especial. Muchos decían que querían quedarse más tiempo, ¡y no nos sorprende! Lo estábamos pasando realmente bien.
Después de tanta adrenalina, hicimos una parada para comer y descansar un poco antes de continuar la aventura. Con las pilas recargadas, nos dirigimos al centro comercial de Dundrum, donde los chicos y chicas tuvieron tiempo libre para explorar tiendas, hacer algunas compras y disfrutar de un snack. Fue un momento más relajado, ideal para compartir entre amigos y seguir creando recuerdos.
Para terminar este gran día, subimos de nuevo al autobús sobre las 16:30, con alguna que otra bolsa extra llena de compras y recuerdos. Durante el viaje de vuelta, comenzaron los mensajes de despedida, ya que algunos alumnos finalizan su experiencia en Irlanda. Se vivieron momentos muy emotivos: abrazos, agradecimientos, alguna lagrimilla suelta, y sobre todo, muchas palabras bonitas para nuestras increíbles monitoras, Paula y Ainhoa, que han sido una parte fundamental de esta aventura.
Llegamos de nuevo a Athlone hacia las 18:45, y antes de despedirnos, nos sacamos nuestra última foto grupal. Fue una despedida con un poco de pena, pero también con mucha alegría y agradecimiento por todo lo vivido.
Nos vamos con el corazón lleno de recuerdos, nuevas amistades y experiencias que jamás olvidaremos.
¡Gracias por acompañarnos en esta maravillosa aventura!