Hello again folks!
Un día más aquí estamos para contaros todo lo que hacemos en Irlanda. Otra semana ha pasado y no nos hemos dado ni cuenta, y es que cuando te lo estás pasando tan bien el tiempo pasa volando.
Estos últimos días han sido muy intensos para el Team Kildare. El viernes nuestros EMYs empezaron el día con su primer examen en clase y estamos seguros de que todos lo hicieron super bien. Como todo esfuerzo merece su recompensa, después de las clases organizamos un pequeño torneo contra estudiantes irlandeses.
Está mal decirlo, pero la victoria del Team Kildare fue aplastante. Hicimos torneo de pases, penaltis, toques y todo lo imaginable con una pelota. Todas las semanas decimos lo mismo, pero siempre nos sorprendemos con el talento de nuestos EMYs, y es que las habilidades de algunxs con el balón son increíbles.
El sábado nos juntamos todos con nuestras mochilas bien cargadas de energia y nos subimos al bus para hacer una excursión de día completo. Antes de llegar a nuestro destino final, Glenadaloigh, hicimos una parada en la antigua cárcel de Wicklow.
La antigua prisión, ahora reconvertida en museo, muestra la dura realidad de la vida carcelaria en los años de la gran hambruna irlandesa. Por suerte, ninguno de nuestros EMYs fue encarcelado y tras recorrer calabozos y pasadizos todos llegamos sanos y salvos al autobús para dirigirnos a nuestro destino final.
No hay mejor plan para un sábado soleado que una buena caminata al monte y un lago enorme frente al que sentarse para relajarse después. Glendalough nos recibió con los brazos abiertos y ahí pasamos toda la tarde.
Este imponente parque natural es uno de los paisajes más espectaculares de Irlanda y todos nos quedamos con la boca abierta en cuanto bajamos del bus. Visitamos el conjunto monacal y las ruinas de la antigua catedral para después dirigimos al lago.
Fue ahí donde comimos todos juntos y donde disfrutamos de un día precioso jugando y riendo en un escenario de película. Somos casi sesenta en esta gran familia que es el Team Kildare, así que todo era como un sonrisas y lágrimas, saltando y corriendo por el campo, pero a lo bestia.
Aprovechamos también para sacar un montón de fotos y para intentar conseguir un bronceado tumbados en las campas, que los rayos de sol escasean por aquí y hay que disfrutar cuando se puede. Eso sí, no preocuparse hubo crema de sol para todos.
La semana que viene nos esperan un montón de actividades y de excursiones más de las que nos morimos de ganas de contaros. El verano de nuestra vida avanza y aquí seguimos exprimiendo al máximo esta aventura.
Gracias por leernos y como si esto fuera el telediario de las nueve os digo "seguiremos informando".
Abrazos desde Kildare!
