Hola hola familias!!
¡Vengo a contaros que hemos conseguido romper la maldición de Hull! Si si, lo que oís… Empezamos nuestra odisea para llegar a Hull entre abrazos, maletas y muchas presentaciones. Tuvimos suerte de que nuestro conductor de autobús fuese un experto del tetris de las maletas y que con mucho arte y paciencia consiguió poner rumbo al aeropuerto.
El viaje nos ayudó a conocernos y gracias a los juegos de cartas, la F1, las charlas y la comida ¡se nos pasó volando! Al llegar a la universidad de Hull, dejamos nuestras maletas, cenamos e incluso llegamos a tiempo para cantar “musikaren doinua” a pleno pulmón en la welcome party.
Hemos tenido nuestras primeras clases y hemos conocido a nuestros amigos italianos. Pudimos conocer el centro histórico de Hull y llenar nuestras mochilas de provisiones para ayudarnos con el choque cultural de cenar a las 6 de la tarde. Si, no hay nada mejor que unas cookies, unos reese’s o un trozo de tortilla patata para calmar el gusanillo que nos entra después de darlo todo en la discoteca. Y es que nos lo merecemos muchísimo porque con nuestro trabajo en equipo conseguimos ganar el scavenger hunt, el bingo e incluso quedarnos en segundo puesto en el fashion show. Nos regalaron unas chuches que nos vinieron genial para el cumple sorpresa que habíamos preparado esa noche.
Como veis, cada día es un no parar (y no hablamos de las clases de yoga, fútbol o baloncesto). El miércoles a la tarde nos esperaba la visita a la costa inglesa. Algunos de nosotros estuvimos a punto de bañarnos, pero como os habréis imaginado ya, aquí en el norte de Inglaterra, la sudadera y el chubasquero no nos sobran en la mochila. Acabamos el día visitando la preciosa mansión de Burton Agnes Hall y sus jardines, construida en el año 1173 en el condado de Yorkshire.
Para acabar sucedió algo que nadie nos esperábamos… ¡salió el sol familias!
PD: Un muxu muy grande a todas las familias, nos vemos en el siguiente post.
