¡Hi, hi, hi! ¡Ya estoy aquí para contaros todo sobre nuestro primer fin de semana en este alucinante sitio! Preparaos porque la diversión no ha parado desde el primer blog.
¡Buenas noticias! Ya nos hemos adaptado a la vida de madrugadores para ir a clase, con café eso sí (aunque tengo que admitir que el café inglés no se compara con el nuestro). Pero eso no es todo, ¡Nos hemos subido al segundo piso de los autobuses y nos ha encantado! Aunque, ahora tenemos otro reto en mente: probar los famosos fish and chips. Os contaré todos los detalles cuando lo hagamos y si estuvieron a la altura de nuestras expectativas.
El viernes fue un día especial porque terminamos las clases antes y nos fuimos de excursión a… ¡Brighton! Tuvimos que coger el lunch para llevar y como algunos no tuvieron tiempo para ir a por él en el break, llegué yo como Mari Domingi con los paninis, wraps y chips. Lunch a domicilio, ¡qué lujo! El sol brillaba, los pájaros cantaban, ¡qué tiempazo nos hizo! Nos encantó, aunque a mí Jota (monitora del grupo de Brighton) ya me había preparado para ese flechazo.
Primero nos hicieron un tour para que así pudiésemos ubicarnos mejor. Desde la train station fuimos por North Laine, una calle llena de cafeterías, tiendas de ropa retro y muchos puestos. Vimos la Jubilee Library, el Royal Pavilion (preciosísimo), y terminamos en Brighton Palace Pier. A partir de ahí, algunos se tomaron un granizado, otros se dieron un chapuzón en el mar, otros fueron de compras (de ropa, vinilos, etc.) y.…algunos también nos hicimos un tatuaje de un pulpo (de una semana, no os asustéis) por nuestro Emiliano Tentáculos. ¡Que se note lo que lo queremos!
En fin, fue un día maravilloso y, la verdad, nos quedamos con ganas de más. ¡Volveremos seguro!
El sábado fue un día tranquilo. Algunos nos acercamos al Towner, una galería de arte preciosa por fuera y por dentro, y más tarde nos unimos a los que estaban en la playa. Y todo parecía ir bien hasta que… ¡las gaviotas me atacaron y me robaron la cookie que acababa de comprar! En fin, ya sabemos dónde no comer…Para terminar, nos acercamos a Harry Ramsden's (un restaurante muy conocido de la zona) y comimos de todo menos fish and chips. ¡Siento la decepción!
Para terminar la semana, el domingo madrugamos más que las gaviotas, despertándonos a las 6 de la mañana. Nos montamos en el tren rumbo a London Victoria y llegamos allí a las 9:30. ¡Estábamos listos para arrasar en la ciudad! María, nuestra guía, nos hizo un tour. Primero, nos plantamos frente al Buckingham Palace. ¡Y atención porque la bandera estaba ondeando! Eso solo puede significar una cosa... ¡El rey estaba en casa! Desgraciadamente, no tuvimos el placer de conocerlo.
Después, nos lanzamos a explorar otros lugares icónicos. Conocimos el St. James Park, el Parliament Square, el río Thames, el Trafalgar Square y el Leicester Square. ¡La ciudad estaba llena de vida y energía! De hecho, había una carrera de 10km y pudimos animar a todos los corredores y corredoras. Pero lo mejor estaba por venir. Llegó nuestro tiempo libre y lo aprovechamos al máximo. Primero, nos lanzamos a Chinatown y Picadilly Circus. Después, algunos se fueron a visitar el Museo de Ciencias (suuuuper interesante), y otros nos animamos a subirnos al famoso metro londinense y nos fuimos nada más y nada menos que a.... ¡Candem Town! Allí comimos platos riquísimos y claro está, también nos dimos algunos gustitos y compramos cosas chulas. ¡No podíamos resistirnos!
Sobre las 5 de la tarde, nos despedimos de Londres y emprendimos nuestro viaje de regreso a Eastbourne. Estábamos agotados pero felices, listos para recargar nuestras pilas y afrontar esta nueva semana. Os prometo que os mantendré al tanto de todo. ¡Nos vemos en la próxima actualización! ¡Un abrazo a todos!