Fin del programa Bournemouth 2019

Kaixo!

Hemos vivido un montón de aventuras en Bournemouth, pero, tras tres semanas, nuestra aventura ha llegado a su fin. Así pues, en esta entrada del blog os voy a hablar de los últimos días y del regreso.

El viernes nos paseamos por el centro y, una vez más, nos fuimos de shopping. ¡Ya se ha vuelto una tradición! En un principio, siguiendo nuestro planning, íbamos a la playa a jugar a los Beach Games, sin embargo, como el tiempo no nos acompañó, cambiamos de planes y nos fuimos al centro a pasar la tarde.

Luego, tras cenar, nos quedamos en el patio de la residencia y allí firmamos las banderas. Esos tintes de rotuladores permanentes permanecerán en esas telas toda la vida, al igual que los recuerdos de esta maravillosa experiencia en nuestras mentes.

El sábado nos fuimos de nuevo a Londres, esta vez al Camden Town. Había un montón de cosas en el gigantesco mercadillo. Muchas de ellas eran un tanto bizarras, pero súper interesantes. Muchos estudiantes también entraron en la conocidísima y súper peculiar tienda Cyberdog.

Otros, en cambio, decidieron irse a otras tiendas a comprarse ropa. Más tarde cogimos el autobús de regreso a Bournemouth. Nada más llegar a la residencia, fuimos a cenar. Después, para ir dando fin a nuestra aventura inglesa, quisimos hacer una cosa especial: hacer una barbacoa de marshmallows (nubes) en la playa.

Fue una auténtica aventura encender las barbacoas, pero una vez encendidas, nos pusimos manos a la obra a preparar nuestro menú. Hay que dejar bien claro que ¡estaba riquísimo!

El domingo a la mañana nos fuimos al Primark. Algunos se pusieron unas prendas por encima e hicieron unos auténticos pases de modelos. ¡Desde luego, ver eso no tiene precio! Después, fuimos al McDonald’s a comer todos juntos.

Cuando llegó la hora, nos dirigimos a la residencia y allí nos esperaba el autobús para llevarnos al aeropuerto. Pasamos el control y estuvimos paseándonos por el aeropuerto y mirando lo que había en las tiendas.

Al llegar a Bilbo, hemos recogido las maletas y nos hemos despedido entre risas y lágrimas. Lo mismo ha pasado en Donosti. ¡Con todas las lágrimas que ha habido, podríamos llenar el pantano de Legutio!

Hemos estado durante tres semanas en Bournemouth y, tras haber vivido tantos momentos juntos, han florecido amistades; amistades de verdad. Ahora habrá regar esas amistades para que no se pudran haciendo quedadas.

Hurrengora arte! (¡Hasta la próxima!)