Despedida Los Ángeles 2019

Hola por última vez, queridos seguidores.

Exactamente hace un mes pusimos rumbo a Los Ángeles con la mochila llena de ilusión y alegría, y hoy solamente podemos decir con tristeza, que nuestra aventura por tierras californianas ha llegado a su fin.

El pasado martes nos despedimos de nuestras profesoras y recibimos nuestros certificados de superación del curso de inglés. Ha sido una experiencia maravillosa estar en este campus durante todo este tiempo y mantendremos muchos recuerdos de nuestras mañanas de clase. También echaremos de menos a nuestros compañeros, que aunque no fueran EMYs, se les cogió un gran cariño.

Esa misma mañana terminó con una gran comida, donde disfrutamos de unas pizzas gigantes, spaguettis y ensalada. En compañía, rodeados de amor y amistad, como no podía ser de otra manera.

Sabíamos que ese era el último día y que había que aprovecharlo hasta el final. Pasamos la tarde juntos y nos despedimos de todos aquellos lugares que han sido tan especiales para nosotros. Durante esa tarde ya fue muy difícil aguantar el llanto, pero lo fue mucho más al día siguiente, cuando ya sabíamos que era el final, para siempre, de una magnífica historia.

Un capítulo que queda cerrado para nosotros, pero que se abrirá para otros el año que viene. Ahora con mucha pena toca despedirse, pero no dejaremos de mirar al futuro con felicidad. La misma felicidad que hemos tenido en Los Ángeles.

Comenzamos el viaje entre inseguridades, vergüenzas y miedos, que poco a poco se fueron esfumando, para dar paso a la luz y a la alegría que caracteriza a este grupo de chicos y chicas. Unos jóvenes que ya desde la primera semana dieron signos de una gran madurez, que sorprendieron a todos.

Un magnífico grupo de compañeros, en el que se encontraba la amistad, el apoyo y el buen rollo. El mes que hemos pasado en Los Ángeles será irrepetible, porque todos y cada uno de los que formaban parte de este grupo son únicos y especiales.

Las despedidas siempre llegan, porque todas las historias tienen un final, pero una despedida no debe ser negativa. No hay nada malo en despedirse, ya que sabemos que nos volveremos a ver. Quizás hayamos cambiado un poco para entonces, pero nuestros lazos de amistad nunca van a cambiar.

Firmamos todas las banderas con mucho amor y también con algunas lágrimas en los ojos, y nos fundimos en abrazos. Abrazos llenos de magia que dejaron con caras extrañas a todos los que se encontraban a nuestro alrededor en los aeropuertos. Lo sentimos si parecimos pesados, pero es que nos queremos mucho.

Hubo tiempo para alguna foto de última hora, para algunas sorpresas y para discursos improvisados, con el mismísimo corazón en el puño.

Gracias a todos por haber sido unos compañeros de viaje inigualables. Ahora ya somos familia gracias a EMY. Nuestra aventura se apaga aquí, pero no temáis, porque nuestra llama seguirá viva de por vida. Olé por vosotros chic@s.

Vuestros monitores os quieren.
Ander y Arantxa.

ÚLTIMAS ENTRADAS DEL TEMA JÓVENES